Fuimos a pasar el día a
Braga es la antigua Brácara Augusta de los romanos. Es la tercera ciudad en importancia de Portugal después de Lisboa y Oporto.
Romanos, suevos, visigodos, musulmanes y cristianos han dejado su huella en esta ciudad.
Se encuentra relativamente cerca de Oporto, apenas una hora en tren y así es como nos desplazamos desde la ciudad del Duero.
Braga es una ciudad acogedora, con numerosos monumentos barrocos que hacen que pasar un día por sus calles sea una delicia.
Tiene más de 30 iglesias y monasterios lo que hace imposible verlas todas en un solo día.
Pasear por sus calles y visitar al azar cualquiera de sus monumentos es un placer. Sin embargo hay dos monumentos que no hay que dejar pasar: La catedral y el monasterio (en las afueras) del Bom Jesús do Monte.
La catedral se construye en el siglo XII sobre una construcción románica anterior. Con el paso del tiempo se fue ampliando y en el siglo XVI se remodela en estilo manuelino.
Está dedicada a Santa María
Tiene tres naves principales con seis tramos y cubierta de madera. La fachada tiene 2 torres que no alteran la horizontalidad de la fábrica. En el interior, el barroco explota especialmente en el órgano del siglo XVIII. En realidad son dos órganos .
En el altar mayor destaca la imagen de la Virgen del siglo XIV. La capilla del infante don Alfonso Joao merece la pena, es del siglo XV.
Fuera del recinto de la iglesia, se encuentran las Capelas dos Reis y da Gloria.
La primera es una capilla de estilo gótico construida en conmemoración de la victoria de la batalla de Aljubarrota. En su interior, las tumbas del conde Henrique de Borgonha y su mujer Dona Teresa así como la del Arzobispo Lourenço Vicente Coutinho.
La segunda, muy hermosa, con su decoración de azulejos y frescos heráldicos. En su interior la tumba del arzobispo Gonçalo Pereira de estilo gótico.
En el piso superior una colección de arte sacro muy interesante.
Vista de la bóveda entre los dos órganos
Vista de la bóveda en el crucero
Reja de estilo manuelino en el atrio de la catedral
Detalle de la fachada occidental de la catedral
Capitel románico
Frescos medievales
Vista exterior de las Capelas dos Reis y da Gloria
Fachada románica lado sur
Saliendo de la catedral, y volviendo a la rua de D. Diego de Sousa, continuamos subiendo y nos encontramos con una hermosa plaza presidida por una magnífica fuente barroca. Es el Largo do Paço
Este palacio fue la sede la república bracarense extinta en 1790 por la primera reina de Portugal.
Lo que me gusta de Braga, bueno, y del resto de las ciudades de Portugal, son sus fachadas de azulejos. Son hermosas y sorprendentes, pues no las he visto en otros países.
Palacio do Raio de estilo rococó de inspiración franco-alemana, construido en 1753.
Continuamos por la rua de Souto hasta la plaza de la República, enorme.
En lo alto de la ciudad. Se contempla una vista espectacular de la Avenida da Liberdade.
En la plaza recomiendo sentarse en una de las terrazas a tomar una cerveza y contemplar sin prisas el ir y el venir de la gente. La fuente, que con sus juegos de agua cambia constantemente nos distrae mientras el sol de mediados de junio nos calienta el rostro.
Vista de la basílica dos Congregados desde la terraza en la plaza
Otra vista de la plaza con la torre de San Antonio y la del Homenaje al fondo
A nuestras espaldas otra iglesia, pero esta vez (y me sorprendió) es ortodoxa griega.
Fachada de la iglesia ortodoxa griega
En la esquina de la plaza con la avenida, hay una oficina de turismo donde os pueden facilitar toda la información que necesitéis.
Después de reponer fuerzas y descansar un poco, nos dirigimos a ver la espectacular basílica dos Congregados.
Enorme y espectacular
En Portugal se come muy pronto, sobre la una o una y media. Así que paseando buscábamos un sitio para comer. Nos llamó la atención la iglesia de os Terceiros justo enfrente de la torre del homenaje, único resto de la ciudad medieval.
Varias vistas de esta iglesia
Nos acercamos a contemplar la torre que ahora se ha convertido en sala de exposiciones y que estaba cerrada; detrás descubrimos un restaurante con una terracita desde donde pudimos disfrutar de la vista de este monumento medieval. Restaurante SILVAS. El menú del día muy aceptable y el trato de los camareros y del dueño excelente. Lo recomiendo.
Justo detrás puede verse la banderola del restaurante.
Marca de los canteros
Explicación de la torre. Está en portugués pero se entiende perfectamente.
Y nos comentaron que no podíamos irnos sin ver el Mosteiro del Bon Jesús. Asi que paseando por las calles de esta hermosa ciudad, nos dirigimos a tomar el autobús N2 que por un módico precio (es un autobús urbano) te deja a los pies de la escalinata barroca de esta maravilla.
Palacio arzobispal dos Braganças
Detalle barroco del palacio arzobispal
Escudo del arzobispo Bragança
Detalle del palacio
Una plaza recoleta con el Ayuntamiento
Cerámica en un escaparate
Iglesia del hospital de San Marcos
Detalle de la fachada
Igreja de Santa Cruz
Interior de la iglesia, vista del coro
Esperando la fiesta de San Joao
Hay que reciclar, unos bombines sirven de maceteros
Otro palacio venido a menos
Iglesia del convento do Pópulo
La maravillosa casa gótico-manuelina junto a San Betinho.
Detalle del balcón esquinado
San Bentinho
Detalle de la reja del atrio de San Bentinho
Nos encontramos en la plaza de San Pablo que como indican los folletos es un oratorio (el de Nossa Senhora da Torre) que inspira una inmensa iglesia al aire libre. Se levantó en agradecimiento a la Virgen por haber salvado a la ciudad de la devastación del terremoto de Lisboa en 1755.
Y ahora sí. Nos dirigimos a coger el autobús para ver la otra maravilla que no hay que perderse.
El monasterio del Bom Jesús se encuentra en las afueras de Braga como a unos 3 o 4 kms en la ladera de un frondoso monte. Se puede ir en autobús urbano y te deja a los pies de una escalinata barroca que asombra.
Afortunadamente desde 1882 hay un tren cremallera que te lleva hasta arriba y que fue el primero que funcionó en la península ibérica.
El sentido de tanta escalera es el de purificación y penitencia. Hay que subir los escalones con sacrificio. En cada rellano hay una fuente (idea de purificación) e imágenes de santos y de la pasión de Cristo.
Cuando se llega al final, la fachada neoclásica con reminiscencias barrocas acoge al peregrino y una vez en el interior, el retablo del altar mayor es una escena del Gólgota con figuras a tamaño natural representando la crucifixión de Cristo.
Se empezó a construir en 1722. Fue el arzobispo Moura Telles quien lo ordenó. La primera fila de escaleras con capillas dedicadas al Via Crucis con imágenes de terracota. El siguiente tramo está dedicado a los 5 sentidos. La iglesia que vemos ahora se construyó donde se encontraba la del arzobispo Moura en 1784 por el arzobispo Bragança.
Los alrededores fueron expropiados en el siglo XIX y se construyeron un hotel y un parque que es una delicia pasear por el. Hay una terraza donde es casi imposible encontrar sitio para tomar un café o una cerveza pero que merece la pena por las vistas que tiene.
Esplendidas fotos y un muy completo reportaje de Braga, en donde he estado hace pocos días, que me ha servido para completar los datos que ya tenía.
ResponderEliminarSolo una observació: no he encontrado ninguna otra referencia sobre la iglésia ortodoxa en Braga, i el hecho de que aparezca una cruz con doble travesaño no es exclusivo del rito ortodoxo, puesto que es habitual en otras regiones, como por ejemplo la Cruz de Lorena.
Pere